No sé, siento algo de alivio por no tener a nadie lo suficientemente cerca como para defraudarlo. Luego pienso en lo severo que debe de ser mi gran Otro como para que su proximidad me produzca siempre la misma sensación de estarle fallando.
Al mismo tiempo veo a la gente ser, pelearse consigo misma, ir y venir, caer, dudar, ser sensible y torpe y hermosa, con su corazón de barro húmedo y sus contradicciones y sus pasos dubitativos. Veo a la gente ser y siento un amor profundo. Ejerzo mi profesión con amor y a menudo recuerdo también con amor a quien me recuerda con recelo.
No es que tenga «buenos sentimientos» –no sé si pueda haber moralidad en la intimidad de los afectos–, es algo más superficial, casi estético: la humanidad del otro me conmueve en su negociación constante entre su belleza y su caos, su herida y su deseo.
¿Por qué entonces yo no puedo ser una otra para mí misma? Me he equivocado en repetidas ocasiones, pero de algo estoy segura: si pudiera verme desde afuera no me sentiría defraudada y hasta podría ver con ternura mis desatinos; porque yo, como el resto, estoy viva y camino sin mapa.
No necesito (no quiero necesitar) más espejos incapaces de perdonar, de perdonarse. Finalmente no me atrevería a decir que hay pasos en falso: todo invita a brotar.
es que si eres una otra para ti misma pero no te das cuenta, … graba tus converaciones con los demas por ejemplo y te daras cuenta de esa otra
Eh, qué grueso. A mí pasa igual. Lo torpeza, los tropiezos, la fragilidad, en la demás gente, puede ser hasta tierno. Ver tanta «verdad». Lo hondo. Es reconfortante. Pero en uno mismo no. A lo mejor uno se «cree mucho», y todas esas cosas no son permitidas.
Regálate un espejo capaz de perdonar y perdonarse. Para que mires lo linda que eres. El otro día Carlos y yo nos acordamos de ti. Abrazo.
Qué bonitas palabras y qué bonito saber de ti. :)
Reblogueó esto en Adrienne On The Roady comentado:
El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo. Y la felicidad es la capacidad de perdonar cada fracaso sin perder el amor a uno mismo y a la vida como la más terca de las esperanzas.
Tienes una psicología interesante, no me atrevería a decir que bonita pero sí atractiva. Por lo demás hay una inteligencia refulgiendo en ese espejo que no permite saber si quiere alguien engolosinarse con la faz.